- 23 Ene 2011, 23:44
#253622
Hola amigos,
He leído todo lo que habéis expuesto. En primer lugar, profesor es la profesión que desempeño ahora y durante el resto de mi vida. He tenido personas que me han comentado, en mensajes privados, que no entienden que con mis experiencias profesionales, "acabe" de profesor. Bien, es una profesión tan digna como cualquier otra. No corren buenos tiempos en este país, y menos aún para los funcionarios (por desgracia, muchos políticos confunden "reformas" con "recortes"). Si quisiese volver a la industria, podría hacerlo en el extranjero y en España en cualquier momento, pero..desde hace un tiempo, ser profesor es lo que más me llena, por lo que puedo transmitir, a pesar de los pesares (leyes educativas actuales, en las cuales el esfuerzo, disciplina y superación no ocupan valores primordiales).
En un comentario anterior relativo a esto, una persona cuestionó mi educación. Bien, espero que le quede claro con lo que he escrito, y le aconsejo a esa persona que revise lo que entiende por "educación" (debo entender que esa persona, por ser educada -según su educación-, es agresiva en su forma de dialogar las cosas). Simplemente, lo respeto. Ya está, pasapalabra.
El tema del doctorado. El doctorado (en mi noble y humilde experiencia, nada más, respetando cualquier otro tipo de opiniones), por lo que yo sé, laboralmente, se exige en ciertas empresas y en ciertos departamentos, sobre todo en los relacionados con I+D+I. En la industria farmacéutica, de química fina y biotecnológica, también SUMA el tener doctorado. Existe mucha gente que realiza el doctorado por vocación investigadora (teniendo o no la suerte de conseguir una plaza como profesor en la Universidad), o bien, sencillamente, como formación adicional bajo la espera de un trabajo en una compañía.
La propia naturaleza de las carreras suele determinar la forma y tipología del doctorado en cuestión (y casi diría, que su dificultad). Pongamos ejemplos (sustituiré los identificativos para no llevarme encontronazos con alguno). Una persona X está haciendo el doctorado en una Universidad Y, de la carrera Z. El doctorado en cuestión colapsa en un trabajo continuado de investigación y recopilación bibliográfica (a saber, internet, libros, artículos en revistas, etc.). Gran trabajo documental!!!! Otra persona A, hace el doctorado B de la carrera C. En este otro doctorado, se trabajan aspectos teóricos con aspectos experimentales (investigación de laboratorio pura y dura, para entendernos, todas las tardes un mínimo de 6 horas). Al final del cuento, la persona X, habiendo desarrollado un trabajo menos arduo e intenso que la persona A (insisto: igual de respetable), tendrá un doctorado, al igual que la persona A. Entiendo que es difícil de comparar partiendo de la base de que las carreras Z y C son diferentes.
Un peligro potencial, en mi opinión, de los doctorados, es que su consecución, no asegura nada. Son bastantes más las empresas que no exigen doctorados, que las que las exigen. Y, como antes comenté, es difícil, sobre todo hoy día, asociar doctorado con quedarse en la universidad trabajando como profesor (sí que se puede trabajar como investigador contratado, pero la remuneración me consta que no es muy adecuada). El problema radica en que... el mundo de la investigación es verdaderamente apasionante, sobre todo si se tiene la suerte de contar con "padrinos" y recursos, pero teniendo en cuenta que un doctorado medio conlleva cinco años de duro trabajo, la persona en cuestión se mete en una edad, digamos, por encima de la edad media de acceso de una persona normal en el mundo laboral. Ir hacia adelante se puede, pero no hacia atrás.
Las posibilidades de los Doctorados en España no son las mismas que en Estados Unidos. Yo soy de la escuela de pensamiento que aboga por estudiar la carrera que más salida tenga, previo análisis, al finalizar la carrera. Y...si gusta la carrera, pues mejor. A día de hoy, puedo suponer, no sé si estaré equivocado o no, que la carrera con más salida (hablo de carreras técnicas), es Ingeniería Aeronáutica. Esto lleva asociado que, aparte de elegir una carrera con salida, aparte de gustarte mínimamente, también tienes que valer para ello. Se quiera o no, hay ingenierías duras e ingenierías menos duras. No pondré ejemplos que den lugar a malentendidos. El primer factor clave es, de forma directa, el tipo de profesor. Todos hemos sufrido alguna vez en nuestra vida aquellos atracos a mano armada de profesores en las típicas asignaturas callo, como matemáticas, que era una auténtica sangría. Exámenes quijotescos de seis horas, ideas felices de preguntas... todo eso espero que con el tiempo se vaya acabando, y la formación básica sea realmente orientada a lo que interesa a un alumno al sacar su carrera: que sea capaz de resolver un caso práctico real. Hay que tener una base matemática importante, pero... donde hay que machacar no es en los exámenes de matemáticas, sino en los casos prácticos. La diferencia es bien visible. Un ejemplo puede ser un fenómeno físico: el flujo de un fluido viscoso en el cuerpo de una válvula. Los modelos complejos incluyen métodos numéricos computacionales, y para más maíz, nos encontramos con un sistema no lineal con alta sensibilidad a las condiciones iniciales. Qué tiene que saber un recién titulado para estudiar ese fenómeno? Informática, matemáticas y física (hablando en términos generales). En resumidas cuentas... las matemáticas lo son todo, pero lo son todo como una herramienta a disposición del ingeniero para dar respuesta a un problema, no como un todo (de eso ya se ocupan los matemáticos).
Un abrazo,
Julián