- 06 Ene 2014, 20:42
#332962
Excelentes noticias las que habéis puesto sobre la mesa.
Con esto queda más que confirmado que la Ley saldrá adelante, aunque no sabemos ni cuándo ni en qué definitivos términos de competencias quedará encuadrada nuestra ingeniería industrial (ni la del resto de profesiones), aunque sepamos más o menos por dónde irán los tiros.
Así mismo, con ello (vuestras últimas noticias aportadas, sobretodo en lo referente al último anteproyecto de esta Ley, de fecha de 20 de diciembre de 2.013), se nos vuelve a demostrar que ni los colegios ni sus responsables están por la labor de exponer, en la medida en que deberían hacerlo, ni ante la administración ni ante nosotros mismos, los auténticos profesionales del sector, cualquier tema pormenorizado sobre los pasos que se están siguiendo acerca de nuestras futuras competencias. No es posible (o no debería serlo, porque "ser", sí que "fue"), que un técnico de un colegio me despache en dos minutos, con prisas, haciéndome ver que la LOE no cambiará. La verdad es que la conversación fue frustrante, porque, aunque cordial, dejaba muy a las claras "entrever" que el cometido del colegio era intentar hacer todo cuanto esté en sus manos porque salgan reforzados ellos, pero no tanto las competencias más que justas que nos merecemos, especialmente los industriales (a la vista está toda nuestra labor diaria).
Y, como es el caso, lo de los Colegios específicos de Ingenieros Técnicos Industriales ya es para ni hablar. No hemos recibido ni una sola comunicación, por ningún medio, ni por ninguna asociación anexa a estos colectivos, de nada referente a esta Ley tan importante. Como si no fuese importante el tema de la liberalización de las reservas de actividad para los ingenieros técnicos industriales mecánicos, eléctricos, químicos o textiles, cuyas capacitaciones legales abarcan todas las de los anteriores peritos, y quedan establecidas hasta el infinito (ingenieros superiores) en lo relativo a su especialidad.
Sólo han hablado, y poco, los colegios de ingenieros superiores (industriales y de caminos), que a mí también competen (el de industriales), pues en breve podré firmar como II. Pero lo han hecho muy por encima (aunque, al menos, este nuevo anteproyecto recoge en parte sus palabras), y siempre como un arma de doble filo (por un lado dicen que sí a la LSCP, cuando de pillar "tajada" por más visados se trata al otorgarnos posiblemente más competencias -las que nos merecemos-, y por otro han dicho encarecidamente que "no" a la mencionada Ley cuando de ver peligrar mínimamente sus poltronas ha ido el caso, con las trasnochadas típicas frasonas de que si la seguridad de las personas sólo las garantiza el visado, bla, bla, bla).
Así pues, me alegro enormemente de vuestro trabajo de investigación (definitivamente ya no creeré nada de lo que me digan desde los colegios), pero hemos de seguir defendiendo que la anulación de las reservas de actividad de que gozan los arquitectos se lleve a cabo sin paliativos. No podemos dejar que sigan poniéndonos "trabas" por usos, ni por algunos usos, ni tan siquiera por un solo uso (aunque se trate de la reforma de un monumento, donde al final, hoy en día, también nos vemos implicados los ingenieros para lo más difícil, como siempre. Recuerdo el caso de la reforma parcial de la Iglesia de mi pueblo, donde se contrató a un arquitecto "específico" para ese trabajo, que no apareció jamás por las obras de reforma, y cuya máxima dificultad estuvo en calcular una nueva viga de madera a disponer, que derivó a un estudio de ingeniería; de la sustitución de piedras y tejas ya se encargó de elegir el color y material más apropiado la empresa de reformas finalmente contratada), ni por metros cuadrados, ni por más, a la postre (la experiencia posterior ya lo ha dicho claramente), sandeces.
Me gusta lo que se dice en este nuevo anteproyecto acerca de que, hoy por hoy, "no existe consenso". Por contra, se manifiesta que sí se dio durante la etapa de aprobación de la LOE. ¿Realmente hubo consenso entonces? No entiendo cómo se pudo estar tan ciegos. Debe de tratarse de una mentirijilla política, porque si no, es obvio no comprenderlo. Según profesionales de la ingeniería industrial, ya maduritos, antes de la LOE los ingenieros industriales tenían muchas más competencias en edificación (desde 1.935) que desde la LOE. Por ello, aún menos entiendo lo de ese "consenso".
Ya sé que muchas de las cosas que no escribimos aquí nosotros, por haberlo visto y comprobado a lo largo de muchos años de nuestra propia experiencia profesional, las damos por conocidas por la sociedad (que he comprobado que desprecia cada día más la figura del arquitecto -tal cual se ha ido comprobando su labor en los últimos lustros- en beneficio de los ingenieros por tantísimas razones obvias). Pero no por ello podemos callar. Leyendo mucho al respecto en foros donde, lamentablemente, arquitectos (casi siempre ellos) desprecian y desconocen nuestra formación y nuestra experiencia, he ido observando cómo algunos de nuestros compañeros "gozaban" de mi pena hacia ellos al comprobar que contestaban (con más o menos acierto) a las ridiculeces de los comentarios manifestados por algunos arquitectos para seguir manteniendo su hegemonía edificatoria (ya sabéis, siempre lo mismito: que sólo ellos han estudiado y, por tanto, son los únicos seres supremos para crear espacios para el hábitat humano, que sólo ellos están dotados de sensibilidad, y que sólo ellos pueden integrar espacios en el entorno; ah, y también, respecto a nuestro trabajo, siempre lo mismito: "vosotros -los ingenieros- a vuestros enchufitos, a diseñar rodetes o a una empresa de lavadorcitas"). Casi di por sentado que era mejor no responder a tanto infantilismo. Pensé que dar respuesta a tanta basura era una bajeza para nosotros, era denigrarnos hasta la altura de quien escribe y piensa así y, por ello, creí que lo mejor era no repeler sus acometidas. Pero claro, para algunos, "el que calla otorga", y no es menester permanecer fríos al respecto.
Así que demos algunos ejemplos de hasta dónde nos ha conducido la LOE:
- Que un arquitecto (y su mujer, también arquitecta) a quienes acudí hace diez años para que me redactaran (a mi familia) un proyecto para la edificación de una vivienda individual (tipo chalet) en las afueras del pueblo, rechazara mis bocetos previos porque "ellos sólo me daban a elegir tres tipos de chalet". Es lógico que alguien que, recién salió de la universidad como era aquel arquitecto, llevara ya dos años forrándose gracias a la LOE por su exclusividad en estos campos, no quisiera comerse el coco ni lo más mínimo para interpretar y replantear sus proyectos (a los que sólo cambiaba el nombre del peticionario y el plano de situación). A ver, que alguien de vosotros me diga cuándo ha llegado ante una familia para proyectar un restaurante, o un bar, o una nave industrial, o la instalación eléctrica de la reforma de una fábrica cementera, diciéndole a esa familia-cliente que sólo le daba tres opciones. ¿No será mejor escucharles y utilizar tus conocimientos para crear los espacios y adaptar las instalaciones y la arquitectura a lo que ellos pretendan? Y que alguien me diga qué tipo de espacios y de asistencia técnica prestaba este arquitecto tanto a sus clientes como a los ejecutores de las obras e instalaciones. Deciros que me confesó que sólo iba a las obras una vez, porque "España gozaba de buenos profesionales en la obra". Con el tiempo me di cuenta de que era una frase que él ya tenía preparada para emplearla en casos como éste (fue ante una pregunta técnica mía), porque desconocía realmente no ya el mundo del cálculo proyectual (estructuras, cimientos, instalaciones), sino el relativo al tipo de cerramientos, tipos de ladrillos, nuevos materiales, etc. Arquitectos como éste existen a millares, y lógicamente jamás innovarán ni darán un valor añadido a su trabajo, que, por supuesto, sólo realizarán si se perpetúa la LOE. Si tras la nueva ley quieren trabajar, adelante. Pero para ello tendrán que actuar como nosotros, dando verdaderas soluciones, innovando, instalando, resolviendo dudas de trabajadores, de clientes, adaptándose a éstos, y aprendiendo más cada día.
Tengo un amigo que estudió Bellas Artes. No conozco a nadie de sano y razonable juicio que denigre verbalmente esos estudios, pero por todos es sabido que no son precisamente los titulados que gozan de mayor demanda profesional. Ante eso, mi amigo se ha adaptado y reciclado, actuando como informático, administrativo, haciendo un doctorado de nuevas tecnologías para con el mundo del Arte, etc., etc. Sin embargo, si mi amigo hubiese tenido de cara una Ley (tal que la LOE para los arquitectos) que lo dejase como único competente en diseño, construcción y/o restauración de monumentos arquitectónicos, se habría forrado estos años de atrás. Hoy en día, la ley tiene que estar hecha de tal forma que los profesionales que la sociedad demanda sean elegidos por ésta sin rigideces normativas (y mucho menos si estas rigideces son, como las derivadas de la LOE, ridículas). Y así deben ser las cosas; pero sigamos.
- En mi post de arriba os indiqué un ejemplo (que fue real) acerca de un compañero al que el nuevo arquitecto municipal de una localidad, para la que redactó un proyecto de adaptación de local a oficina, lo litigó porque no era competente (el ingeniero técnico industrial redactor del proyecto) para cualquier actuación en un local con uso administrativo. Ya le dio la razón la jurisprudencia a nuestro compañero, por razones obvias que no es preciso comentar. Pero que todo esto quede a la mera interpretación del "artista" de turno de cualquier Ayuntamiento, es de clamar al Cielo hasta desmayar.
- He sabido, hace dos días, de otro compañero, que lleva la mitad de su vida haciendo naves agrícolas, y cuyo último trabajo (a estas alturas de su experiencia), también relativo a una nave almacén agrícola, está pendiente de lo que dicte la jurisprudencia (por el momento, ha pagado de su bolsillo a un ingeniero técnico agrícola para que el cliente no sufra esta incomprensión burocrático-administrativa). Lo que no os podéis imaginar es lo que dice la carta del "artista-arquitecto" municipal, y que os resumo en que "esa nave es tan simple técnicamente hablando, sin ningún tipo de industria en su interior, que su redacción compete a un ingeniero agrónomo, ingeniero técnico agrícola o arquitecto", es decir, "que para que competiese a un ingeniero técnico o superior industrial, debería de contar con más instalaciones industriales, que fuese más compleja".
- Y tenemos mil casos así a diario, que no hay por dónde cogerlos...
- También tenemos cien mil casos así cada día que no se litigan porque, sencillamente, aunque participemos en ellos, no los firmamos porque con la LOE no podemos, o porque en esa administración de turno no nos han puesto trabas (aunque en muchos casos nunca sabes si te las pondrán al final).
Y es la misma sociedad (esto juega a nuestro favor) quién no lo entiende. Ni parece ser tampoco que lo entiendan los últimos gobiernos (pues mejor que mejor). Saquemos ya adelante esta nueva Ley, que, efectivamente, gozará de cuantas bondades (menos litigios, más competitividad, más innovación al permitir a los ingenieros aplicar sus conocimientos sin este tipo de rigideces de la LOE, menos inmovilismo, menos costos colegiales, menos visados, etc., etc.) el último anteproyecto indica para beneficio de nuestro propio país y de quienes, como auténticos profesionales, día a día damos un plus de verdad a nuestros servicios. Además, hay una bondad más de esta Ley que parece que todo el mundo pasa por alto (y no por ello menos importante): la duplicidad o triplicidad de proyectos. Ya he visto en algunos casos cómo la redacción de un proyecto de adecuación de local para la apertura de un Restaurante es realizada por un arquitecto, y luego, al ser local de pública concurrencia, es necesario que el cliente pague a un ingeniero industrial para la legalización, cuanto menos, de la instalación eléctrica (en algunos casos, y tan sólo refiriéndonos a este tipo de locales -Restaurantes- también en lo relativo a la extinción de incendios y climatización-ACS), ya que el arquitecto se considera no competente en muchas delegaciones de Industria y por muchas OCAS (al margen de que tampoco es competente, en cuanto a conocimientos, de instalaciones eléctricas precisamente). No os digo ya lo que ocurre en cuanto a cualquier nave industrial, por pequeñita que ésta sea. Nosotros, sin embargo, con un solo proyecto, podemos obtener la licencia de obras, el informe aprobatorio del distrito sanitario correspondiente, la legalización en industria de las instalaciones, el informe aprobatorio de Bomberos, la calificación ambiental favorable y, a la postre, la definitiva apertura oficial de la actividad y local. Y sólo con ese proyecto nos basta porque somos competentes como hay que serlo (profesionalmente, y no sólo legalmente, aunque esto último nos corresponde por LOE en algunos inmuebles y en los proyectos parciales de otros).
También me gustaría decir a esos "algunos arquitectos" que siguen vertiendo sus comentarios (del tipo antes aludido) en las redes, que mientras sigan pensando así, los ingenieros, como bien dijo un compañero en este foro, les pasaremos sin duda por encima. Ya lo hemos hecho, pero en algunos campos en los que sólo ellos son "competentes" por la LOE, nuestro trabajo queda "escondido". Mientras sigan despreciando nuestra labor (que debería ser su labor en los inmuebles que firman), mientras sigan sin ponerse al día en estructuras (que, por mucho que dicen haber estudiado, en la realidad casi nunca las calculan ni dirigen ellos), mientras sigan refiriéndose a las instalaciones eléctricas (cuya complejidad es de las más altas en cualquier tema edificatorio; pero claro, eso sólo lo conocemos nosotros, no ellos; y si lo conocen, lo callan) como "vuestros enchufitos", mientras sigan necesitando de nuestra ayuda para todo (pero sin perder su monopolio), pues así, ... no llegarán a solucionar nada. Sólo seguirán dando argumentos vacíos y dejando claro al Gobierno la efectiva necesidad de aprobar definitivamente esta Ley, y de la manera más eficaz en relación a la anulación de reservas de actividad.
Y si estas exclusividades competenciales no quedaran anuladas completamente en lo que a los arquitectos se refiere, veo más razonable que no dejen firmar a estos profesionales cualquier nave industrial, por minúscula que sea, o cualquier instalación (idem de lo mismo, por incompetencia manifiesta) que a nosotros una determinada edificación, por muy religioso, administrativo, docente, cultural, sanitario o residencial que resulte ser su futuro uso). Hay que insistir hasta que esto se apruebe en que no puede ser que nos den competencia para levantar una central nuclear y que no la tengamos para redactar cualquier edificio de viviendas, de oficinas o religioso, feo o bonito (si nos tenemos que regir por lo que actualmente vemos al 99 por ciento al asomarnos por las ventanas, pues serán edificios feos; no sé vosotros, pero yo, por poco que quiera hacer, os aseguro que me saldrán, si me deja la nueva Ley, más bonitos que los "monumentos arquitectónicos" que han hecho estos "artistas").
Finalmente, expondré que sí que voy viendo a arquitectos que, unos por entonar el "mea culpa", otros por reconocer y afirmar que, efectivamente, tanto en la universidad como en su profesión no se encaminan (y que, por tanto, no se han propuesto, lo que ven como uno de sus errores) a conocer ni los entresijos ni las venas y las arterias de los inmuebles que firman, merecen mi aclamación. Ellos sí se dan cuenta de que los ingenieros proyectamos, conocemos, dirigimos y damos un servicio al completo de cualquier inmueble en el que concurrimos como proyectistas. Si embargo, ven cómo ellos no conocen ni mucho menos la complejidad de lo que firman como un todo y que previamente han necesitado de un ingeniero (o empresa de ingeniería) para su auxilio proyectual, y después de los ingenieros de las empresas instaladoras que participan en la ejecución para su postrer legalización (nueva duplicidad, triplicidad, o cuadruplicidad, cuanto menos, de proyectos...), y a quienes algunos de sus compañeros ahora critican (simplemente porque una futura nueva ley les dará las competencias que merecen, sin quitarles a ellos ni una sola).
El arquitecto actual, para su integración en la sociedad prestando sus servicios, necesita ponerse al día, y trabajar para ello. Se trata de aprender y de innovar. Si siempre necesitas de una ley para poder trabajar, ... (léase la firma de Custom) mal vamos (van). En muchas ocasiones (vísitese cualquier pueblo de España), es el binomio ama de casa - "paleta" el que ha edificado auténticas mansiones sin necesidad de arquitecto alguno. Esas amas de casa y esos albañiles que han sido ignorados muchas veces por estos "artistas" y que, cuando han acudido a uno ellos, lo han visto más como un obstáculo que como alguien que los sacará de apuros técnicos, arquitectónicos y burocráticos... A las pruebas me remito.