- 16 Ago 2009, 17:59
#178220
...que convivía en paz con el resto de sus colegas, todos Ingenieros Superiores. Uno era experto en electrónica, otro en mecánica, otro en química, otro organizaba industrias, otro opinaba sobre la energía, todos tomaban decisiones y todos podían hacer casitas preciosas. Hasta se habían ganado el reconocimiento del Rey.
Como estaban muy contentos y eran muy buenos iban silbando y cantando a trabajar y con todas las experiencias que adquirían se reunían y compartían conocimientos. Sentían que estaban haciendo algo bueno para la humanidad. Todos eran iguales y todos distintos.
Decidieron un buen día hacer una casita para todos, donde se gestionarían todas esas cosas importantes que seguían haciendo. Ya empezaba a hacer falta, ya.
Como eran colegas a esta casita la llamaron colegio y hasta se permitían a veces comer y beber en hermandad. Tampoco va a ser todo trabajo...
Pero un día, uno de estos colegas, seducido por su vanidad se vio diferente y, por qué no decirlo, superior a los demás. Se vio en el dominio de todas las especialidades y disciplinas tecnológicas. Ya había aprendido tanto que no le hacían falta eléctricos, organizadores, energéticos, ni nada de todo eso.
Como de sus "colegas" ya no podía renunciar, hizo lo posible por renunciar de la dinastía que de éllos pudiera venir, así que según iban creciendo los hijos de todos y se iban haciendo ingenieros, los desterró al valle del saber y de no poder hacer si no era detrás de un patrón.
Al Rey no le pareció mal. Todos convivirían y no habría guerras. Poco a poco se fue extinguiendo una profesión. El mundo terminó con dos tipos de ingenieros: los que de todo pueden edificar y los que de nada pueden opinar.
Salud colegas
"las cosas que no ha hecho Dios, llevan la mano de algún ingeniero por algún lado". JCas dixit.