por solosequenosenada - 17 Ago 2013, 21:28
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solosequenosenada
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- 17 Ago 2013, 21:28
#327042
Pues precisamente lo que argumentan los arquitectos en su conjunto para defender sus "atribuciones" es su falta de "competencia técnica" muy inferior. A años luz de los de los ICCP.
Ellos no tienen conocimientos para el proyecto de la geotecnia, la mecánica de rocas, la mecánica de suelos, la geomorfología, la geología, la hidrogeología, la hidráulica, la mecánica de fluidos, las presas, las obras hidráulicas, los canales, los puentes, las centrales hidro-eléctricas,... mucho menos para su dirección de obra y mucho menos para su construcción.
Un AT o IE, por ejemplo, está más cualificado para construir edificios y urbanizaciones (por lo general), e incluso para desarrollar los proyectos de ejecución de los edificios que un arquitecto. Ellos mismos lo han dicho bien clarito.
La única razón de ser del arquitecto es su reserva de actividad a través de la atribución por imperativo legal sin atender a ningún otro criterio de seguridad que el de las estructuras y cimentaciones y reconocen que no las conocen lo suficiente. Es paradójico.
Quizás es el momento de que luchen por la atribución exclusiva de su formación humanista en la creación de las formas arquitectónicas y su interrelación con el medio y las personas, o lo que es lo mismo, el urbanismo. Para eso sí están capacitados y es lo que deberían argumentar con mucho peso. Cualquier edificio debería disponer de un proyecto arquitectónico (proyecto básico redactado por arquitecto, no por ingeniero) que atendiera fielmente a la normativa urbanística y ésta a su vez, debería atender fielmente a los parámetros culturales propios de la población de que se tratase en concreto (su identidad).
Pero esa competencia humanística tan importante no ha de ser el motivo único para atribuirse el resto de competencias técnicas sin limitación alguna y sin atender a ningún otro criterio ni fundamento objetivo.
A la gran parte de la mayoría de los arquitectos (sobre todo los antiguos y mediana edad) las obras les sobran, pero no su dirección. La dirección de obra la utilizan, mayoritariamente, para asegurarse otro nuevo encargo del mismo promotor con el fin de "no perderle la pista", ni a él ni al "aparejador", que está para llevar su dirección de obra y para cargarse los mochuelos de la indefinición de los proyectos de ejecución.
No he dicho todos los arquitectos, he dicho una gran parte de la mayoría de los arquitectos.
Saludos.
Ellos no tienen conocimientos para el proyecto de la geotecnia, la mecánica de rocas, la mecánica de suelos, la geomorfología, la geología, la hidrogeología, la hidráulica, la mecánica de fluidos, las presas, las obras hidráulicas, los canales, los puentes, las centrales hidro-eléctricas,... mucho menos para su dirección de obra y mucho menos para su construcción.
Un AT o IE, por ejemplo, está más cualificado para construir edificios y urbanizaciones (por lo general), e incluso para desarrollar los proyectos de ejecución de los edificios que un arquitecto. Ellos mismos lo han dicho bien clarito.
La única razón de ser del arquitecto es su reserva de actividad a través de la atribución por imperativo legal sin atender a ningún otro criterio de seguridad que el de las estructuras y cimentaciones y reconocen que no las conocen lo suficiente. Es paradójico.
Quizás es el momento de que luchen por la atribución exclusiva de su formación humanista en la creación de las formas arquitectónicas y su interrelación con el medio y las personas, o lo que es lo mismo, el urbanismo. Para eso sí están capacitados y es lo que deberían argumentar con mucho peso. Cualquier edificio debería disponer de un proyecto arquitectónico (proyecto básico redactado por arquitecto, no por ingeniero) que atendiera fielmente a la normativa urbanística y ésta a su vez, debería atender fielmente a los parámetros culturales propios de la población de que se tratase en concreto (su identidad).
Pero esa competencia humanística tan importante no ha de ser el motivo único para atribuirse el resto de competencias técnicas sin limitación alguna y sin atender a ningún otro criterio ni fundamento objetivo.
A la gran parte de la mayoría de los arquitectos (sobre todo los antiguos y mediana edad) las obras les sobran, pero no su dirección. La dirección de obra la utilizan, mayoritariamente, para asegurarse otro nuevo encargo del mismo promotor con el fin de "no perderle la pista", ni a él ni al "aparejador", que está para llevar su dirección de obra y para cargarse los mochuelos de la indefinición de los proyectos de ejecución.
No he dicho todos los arquitectos, he dicho una gran parte de la mayoría de los arquitectos.
Saludos.