- 21 Jul 2010, 09:52
#231557
Esta semana han aparecido más imágenes e incluso comentarios de algún operario en los media. Todo parece indicar que la cimentación y el mástil poco han tenido que ver con lo sucedido y que el fallo se ha localizado en la rotura de los pernos de anclaje de la base del mástil a la cimentación de hormigón.
Un operario ha relatado en Cuatro que la estructura siempre había funcionado con ruidos extraños y que cada poco tiempo había que reapretar las tuercas.
Que el fallo no se hubiese producido en los cuatro años de estar en funcionamiento la atracción en los que seguro que estos adolescentes no han supuesto la mayor carga que ha tenido que soportar esta estructura hacen sospechar que la fatiga (amplificada por holguras, aprietes y desaprietes, efecto palanca...) ha sido la causa principal.
Creo que es reglilla general de todo estructurero hacer las uniones más fuertes que lo que se une, por eso me extraña que no habiendo fallado ni mástil ni la cimentación (luego las cargas de diseño no debían de estar demasiado mal estimadas) hayan sido los pernos lo que haya fallado.
¿Que la torre podría haber tenido unos vientos? Pues sí, claro, a toro pasado todo son ideas, pero no todas las torres tienen por qué atirantarse y lo corriente es que una torre sea una ménsula aún a costa de una mayor base.
A falta de un examen exhaustivo de laboratorio, se dice que los pernos de anclaje al hormigón no han presentado signos de corrosión u oxidación que pudiesen haberlos debilitado. Si se confirmase esto, faltaría saber si realmente se trata de un error de las hipótesis de resistencia de los pernos, si ha sido un fallo de calidad de los materiales que hicieran que tuvieran menos resistencia durante la vida útil de la especificada o si los pares de apriete durante las continuas operaciones de mantenimiento han sido correctos de acuerdo a lo especificado.
Insisto también en que aunque las revisiones de mantenimiento rutinarias son imprescindibles y obligatorias y está muy bien que la gente ahora pida más y más revisiones (¿acabaremos haciendo un paripé cada 15 minutos?), uno hasta se acostumbra hasta a lo que no funciona bien, y si no hay revisiones llamadas principales realizadas por terceros ojos no acostumbrados a la rutina de lo que no funciona bien pero va tirando, de esas que se hacen más espaciadas en el tiempo pero con mayor profundidad, el mantenimiento no vale de mucho (por no decir que sólo vale para poner minio antióxido y apretar tuercas).
Finalmente, también me pongo en el lugar de quien haya diseñado la estructura seguramente con su mejor intención y que ahora estos días es juzgado muy duramente hasta por ingenieros imberbes recién graduados: la vida laboral del estructurero es muy dura, sometida a todo tipo de presiones de plazos, deseos funcionales y estéticos, costos y responsabilidades frente a terceros pero eso sí sin el reconocimiento de un cirujano. Y por desgracia casi todos en nuestra vida profesional podemos sufrir una estructura que no ha salido bien, y ojalá que los daños sólo sean materiales en tal caso.