Pues yo no se que haría, aparte de llevarme un sofocón.
Es cierto, que meterse en juicios, y como están las cosas, es perder el tiempo y el dinero, pero es que hay cosas… Que bien merecería el meterse, aunque solo fuera por amor propio.
Yo tuve un caso con un R25, que desde el primer año, le sonaban los frenos traseros de disco, por que rozaban las pastillas, estuve un año llevando el coche, y cada vez una semana en el taller oficial, pregunte a todos los talleres, incluso me fui a un taller oficial en otra provincia, y nada.

No es que sea un genio, pero como técnico que soy, analice el problema, y llegue a la conclusión que eran los actuadores, que no recuperaban por suciedad o algo

. Lo discutí con el jefe de taller, hasta llegar a ser desagradable, y este no se bajaba del burro.

Cambio cable freno de mano, purgo, cambio latiguillos, dos veces las pastillas, rectifico discos, etc. todo menos los actuadores, que la soberbia no se lo permitía. Las facturas, puesto que los materiales me los cobraban, ya iban por 80.000 pelas de las de entonces.
Al cabo de un año de sufrimiento, fui a un mecánico de pueblo que me recomendaron, le conté lo que pasaba, y sin darle pista, ni contarle mi vida, me dijo que lo mas seguro seria que los pistones de los actuadores estarían sucios, que el me los podía limpiar y engrasar, y que si no se arreglaba, que no se lo pagase. El corazón me dio un vuelco, no le di un beso por vergüenza, solo me costo 3.000 pesetas, y el problema quedo solucionado para siempre.
¿Que hice?, pues lo que le escuche a un abogado un día, “mejor que te denuncien a ti”.
Me fui a la casa, les pedí que me cambiaran las pastillas de los cuatro frenos, los discos traseros, que habían rectificado, recargaran el gas del aire acondicionado, etc. todo para hacer un facturon de 80.000 pelas, más o menos. Y abusando de la confianza, ya que en el taller ya me consideraban de plantilla, y que no estaba el figura del jefe de taller, a la hora de cerrar, saque el coche sin pagar, con la firme promesa de volver otro día a liquidar la cuenta.

Y no volví.
Me mandaron el cobrador a mi casa, por tres veces, le puse café y magdalenas, le saque las facturas anteriores, y le enseñe la del taller que me lo había arreglado, donde se especificaba con pelos y señales el arreglo que me habían hecho, le di fotocopia de todo

, y le dije que le pagaría en el juzgado. A la tercera vez, ya no apareció más.
De esto hace cerca de 20 años. Lo que puedo hablar de la marca son pestes, ya que ni en Valladolid me atendieron, que lo único que pretendía era una pista de lo que pasaba, y que hicieran entrar en razón al súper mecánico que tenían en ese taller oficial.
Así es como se desprestigian las marcas, y eso es lo que hay que hacerles entender, y si no, por las bravas. La prensa también les hace pupa.
Suerte, y al toro.