Pues no me he reído yo con un coche que tuve, que cuando lo aceleraba bruscamente (sin necesidad de subir significativamente la velocidad, sólo un toquecito) soltaba una zorrera de humo impresionante. Nada mejor para que se separe el de atrás.
De noche sólo se le veían las luces por el espejo según frenaba, y seguro que el olor a humo de gasóleo le duraba en el habitáculo una semana. ¡¡Como James Bond, pero a lo cutre!!
Lástima de normativas de emisiones...
La verdad es que con la edad se va pasando. Ahora, si llega uno de estos, pues me aparto en cuanto puedo (normalmente al finalizar un adelantamiento), y punto. Que se vaya a matarse contra otro.
De todos modos, sí que sería de agradecer que en ese momento le parase la policía y le extendiese una receta.