JCas escribió:Mucha confianza tienes en el ser humano. Si te cuento las veces que he visto que alguien se atrevía con lo que no debía acabarían doliéndome los dedos de escribir. ¡Menos mal que no trabajo en construcción, que es bastante más "salvaje"!. Y no hace falta salir mucho, es decir, no hablo ya de lo que puede hacer algún cliente con su idea loca con la que ves claramente que se va a estrellar precisamente por no tener ni idea de lo que está haciendo, sino que lo ves también todos los días a tu alrededor. Operarios que te modifican un diseño porque ellos consideran que es mejor hacerlo de otra manera, jefes de compras rediseñando lo que has hecho y corrigiéndote los cálculos que has hecho con el superprograma de métodos finitos con una calculadora de mesa de las que hacen las cuatro operaciones básicas y, con suerte, sacan porcentajes. Operarios que te explican como debe funcionar la fábrica y que, si les dejas, vacían la administración porque ellos valen por todos esos (y lo hacen de verdad si les dejas). Todo el mundo sabe hacer el trabajo de los demás mucho mejor que el otro. Si lo permites, te aseguro que hay mucho valiente que diseña una central nuclear aunque sepa menos de física que un niño de tercero de primaria.
Recuerda una frase y márcatela a fuego: "¡Qué atrevida es la ignorancia!". Cuanto menos sabe la gente sobre un tema, más valiente es para meterse en ello. Si no saben, tampoco conocen las consecuencias de hacerlo mal.
A eso súmale presiones externas para obligarte a hacer lo que no debes. Todos los que trabajamos en una Pyme sabemos que, por ejemplo, si puedes diseñar tú el sistema de refrigeración, la empresa se ahorra a alguien exterior que lo haga. Así que ya sabes, o te cierras en banda con el consiguiente peligro para tu puesto de trabajo y bolsillo, o lo haces, con el peligro para los que están alrededor. En el balance de riesgos, te sorprendería la cantidad de veces que sale ganando la opción de mantener el puesto. Antes, había una serie de cosas en que no te metías argumentando que no se te permitía por ley. Ahora será otro cantar.
Vaya ejemplo que has puesto. El 90% de mis operarios saben hacer eso, y no por ello están capacitados para hacer una instalación eléctrica.
El objetivo de una ley de este tipo debería garantizar:
1º Que el que hace una instalación esté capacitado para hacerla.
2º Que el que sabe hacer una instalación pueda hacerla.
Por ahora, todos los borradores de la ley hablan solucionar el segundo problema, pero en ningún momento se entra en el primero de ellos. La pregunta es, ¿cual es la más importante de las dos cuestiones?
Entiendo tu excepticismo, pero como bien apunta jcg43, de lo que se trata es de conocer esos fundamentos que proporciona la ingeniería para desde ahí abordar el trabajo concreto.
El Tribunal Supremo, interpretando la normativa, repite que lo que rige es el principio de la concurrencia competencial para el ejercicio de una determinada atribución profesional, y que aunque haya profesiones más "óptimas", no se puede limitar a otros especialidades que tengan esas competencias, aunque tengan "menor competencia". Hay profesiones ideales para desarrollar determinadas actividades y profesiones válidas para desarrollar esas actividades.
De hecho, ¿Cuántos ingenieros están al día de los últimos avances tecnológicos y de todos los ámbitos que cada especialidad? Me atrevo a decir que ninguno, porque el avance nos adelanta, hasta el punto que casi ni da tiempo de estar al día de las novedades legislativas, ya ni te cuento de las científicas y tecnológicas.
Por ello, parece asumible el comprender que un ingeniero tenga la capacidad de adaptarse a distintos problemas técnicos dando una respuesta adecuada, a no ser que sea un irresponsable. Pero irresponsables ya hay: geotécnicos que no se han hecho simplemente se han copiado o instalaciones firmadas por electricistas que ni tan siquiera han visitado la instalación, no te voy a descubrir nada.
Yo me he dedicado a estructuras, topografía, impacto ambiental, calidad y hasta instalaciones, y aunque no soy un especialista en muchas de esas facetas, si me considero capaz de resolver muy diversos problemas. Eso es lo que yo denomino ingeniería, y no niego que me haya formado por el camino en muchos temas diferentes, porque antes de Bolonia no había formación reglada pero tambien existía la formación y tambien aprendizaje estando junto a otros que si sabían. Antes el estar estático valía, hoy por el contrario hay que estar activo en la adquisición de conocimientos para quedarte a la par que los demás, porque todo el mundo espabila y se prepara.
Por todo ello, aún entendiendo perfectamente lo que quieres transmitir, asumo que en la misma medida que no se le pueden poner puertas al campo, no se le pueden poner puertas a la ingeniería, máxime hoy en día, en los que saber de todo es imposible y las adaptaciones al medio pueden hacer que uno hoy se dedique a una cosa, y que dentro de 2 años a otra muy distinta.
De hecho, la Ley 17/2009 de liberalización de actividades de servicios, en su fundamento jurídico trata de explicar que limitar una determinada atribución a un título no parece adecuado, asumiendo que no hay profesión que tenga el conocimiento absoluto sobre una disciplina concreta.
Pero es que lejos de ser un inconveniente, lo considero una ventaja para todos, por cuanto aquel que verdaderamente sea un buen ingeniero, aquel que tenga más peso específico, tendrá abierta la puerta a las diferentes disciplinas si así fuera menester, y por el contrario, aquel ingeniero que se queda anclado en un solo ámbito, no podrá salir nunca de ahí.
El que por ejemplo un A firme, con toda la polémica en este foro, instalaciones en edificación, cuando de instalaciones sabe lo justito, responde a la adaptabilidad que tiene un técnico de adaptarse a las distintas visicitudes que se le presentan. Yo particularmente, un día tuve que hacer un estudio de suelos contaminados y pude hacerlo, aunque perdí dinero por el tiempo y el esfuerzo empleado, y la razón es porque hay mucho margen de adaptabilidad en la cabeza de un ingeniero, esa es mi opinión.
Claro que habrá quien considere que hay que tender hacia la superespecialización, y razón no le faltará, pero será siempre desde una base común de conocimientos.
No se me ocurriría por el contrario hacer de aquello que no sé porque no me aceptarían, y tendría que subcontratarlo, y me parece que no están los tiempos para añadir costes añadidos, razón por la que nadie me contrataría algo si no fuera competitivo.
Y trampas, el que quiera hacerlas las hará siempre, creo yo.