"Resucito" este tema antiguo porque me acabo de encontrar una situación caótica en una industria donde los cuadros secundarios están en pésimo estado.
En mi opinión:
1. El Reglamento de baja tensión obliga (art.1) a que las instalaciones sean seguras y fiables. Por tanto, un cuadro secundario que no empieza con un interruptor general para dejarlo fuera de servicio de una sola maniobra no es seguro. Y a efectos de mantenimiento de la instalación que alimenta, si no hay un solo punto donde cortar todo, tampoco es fiable.
2. El corte debe ser posible hacerlo con seguridad y fiabilidad incluso con todas las cargas conectadas. Por tanto debe tratarse de un interruptor que admita el corte en carga.
3. Si uno opta por ignorar el mandato fundamental del art.1 del Reglamento sobre fiabilidad y seguridad, que a mi me basta, al menos debe cumplir lo que dice el art. 2.7 a) de la ITC BT-19 que reclama para los cuadros secundarios un dispositivo que los permita conectar y desconectar en carga en una sola maniobra. Por tanto, es necesario colocar el interruptor general del cuadro secundario.
4. El interruptor puede ser manual o automático, pero siempre debe permitir abrir y cerrar en carga. Se tratará de que su calibre se corresponda con la intensidad nominal del subcuadro, que habrá que calcular teniendo en cuenta las intensidades que debamos dejar pasar por cualquiera de las fases. Ojo con las secciones de los cables.
Sobre la protección del cable que llega al cuadro secundario:
A. Es obligatorio proteger frente a contactos indirectos, directos, sobrecargas y cortocircuitos ese cable.
B. Para la protección contra contactos indirectos nunca uso la protección diferencial, que reservo a los circuitos que alimentan cargas al alcance de los usuarios. Empleo los demás métodos permitidos por la ITC BT-24 (cables y equipos con doble aislamiento sobre todo). Así evito que me anulen sistemáticamente (retardo de actuación, disminución de sensibilidad) los diferenciales de los cuadros generales, que causan más problemas de los necesarios. La regla es que cada circuito al alcance del usuario esté protegido por un solo diferencial, nunca por una cascada de ellos.
C. Para proteger contra contactos directos, sobrecargas y cortocircuitos empleo el corte automático de la alimentación mediante interruptores automáticos o fusibles, según conveniencia por fiabilidad de la instalación. Ahí sí que considero la selectividad de la cascada de protecciones que se forma (curvas de disparo).
En mi opinión:
1. El Reglamento de baja tensión obliga (art.1) a que las instalaciones sean seguras y fiables. Por tanto, un cuadro secundario que no empieza con un interruptor general para dejarlo fuera de servicio de una sola maniobra no es seguro. Y a efectos de mantenimiento de la instalación que alimenta, si no hay un solo punto donde cortar todo, tampoco es fiable.
2. El corte debe ser posible hacerlo con seguridad y fiabilidad incluso con todas las cargas conectadas. Por tanto debe tratarse de un interruptor que admita el corte en carga.
3. Si uno opta por ignorar el mandato fundamental del art.1 del Reglamento sobre fiabilidad y seguridad, que a mi me basta, al menos debe cumplir lo que dice el art. 2.7 a) de la ITC BT-19 que reclama para los cuadros secundarios un dispositivo que los permita conectar y desconectar en carga en una sola maniobra. Por tanto, es necesario colocar el interruptor general del cuadro secundario.
4. El interruptor puede ser manual o automático, pero siempre debe permitir abrir y cerrar en carga. Se tratará de que su calibre se corresponda con la intensidad nominal del subcuadro, que habrá que calcular teniendo en cuenta las intensidades que debamos dejar pasar por cualquiera de las fases. Ojo con las secciones de los cables.
Sobre la protección del cable que llega al cuadro secundario:
A. Es obligatorio proteger frente a contactos indirectos, directos, sobrecargas y cortocircuitos ese cable.
B. Para la protección contra contactos indirectos nunca uso la protección diferencial, que reservo a los circuitos que alimentan cargas al alcance de los usuarios. Empleo los demás métodos permitidos por la ITC BT-24 (cables y equipos con doble aislamiento sobre todo). Así evito que me anulen sistemáticamente (retardo de actuación, disminución de sensibilidad) los diferenciales de los cuadros generales, que causan más problemas de los necesarios. La regla es que cada circuito al alcance del usuario esté protegido por un solo diferencial, nunca por una cascada de ellos.
C. Para proteger contra contactos directos, sobrecargas y cortocircuitos empleo el corte automático de la alimentación mediante interruptores automáticos o fusibles, según conveniencia por fiabilidad de la instalación. Ahí sí que considero la selectividad de la cascada de protecciones que se forma (curvas de disparo).