- 30 Jun 2009, 11:13
#170366
A mí me lo pasaron hace tiempo, pero sin dejar títere con cabeza.
Era mucho más largo. Os pongo el final:
- Franco: ¿Y hemos acabado ya, del todo, con los comunistas?
- Enfermera: No ha sido necesario, excelencia, ese trabajo lo están haciendo ellos mismos. El miembro más activo y valorado de ese partido, que está intentando una refundación es Julio Anguita.
- Franco: ¿Anguita? ¿De qué me suena a mí ese nombre?.
- Enfermera: Su padre, uno de los miembros más fieles de vuestro Ejército, fue Subteniente, de mayor graduación que el padre de Alfredito Rubalcaba. Y este muchacho, Julio Anguita siempre se caracterizó por su identificación con el régimen de Su Excelencia: de joven ganó incluso un Premio Literario: el Premio José Antonio.
- Franco: ¿José Antonio? ¿Ese falangista que me quiso desbancar desde mi derecha?.
- Enfermera: Pues sí, Excelencia, José Antonio. A ese premio literario se presentó Anguita con todo su significado. Y además, en el año 1964, juró los Principios Fundamentales del Movimiento ante el alcalde de Montilla, en el Ayuntamiento de ese pueblo cordobés.
- Franco: ¡Vaya!, ¿y como un comunista pudo firmar algo tan fundamental para mi Régimen, como los Principios?
- Enfermera: Excelencia, una nómina es una nómina, y lo hizo al tomar posesión de su plaza de maestro Nacional, cuando aprobó la oposición. Y por una nómina, se firma lo que sea.
- Franco: ¿Y sigue en activo?
- Enfermera: Bueno, no del todo. Los moros le mataron un hijo en Irak, en la guerra de Aznar y Bush, y eso lo deprimió un montón. La muerte de un hijo siempre es algo muy serio.
- Franco: ¿Y qué hacía un Anguita en el Irak? ¿Qué pintaba allí?.
- Enfermera: Bueno, estaba con los americanos, trabajando para El Mundo, un periódico del área de José Maria Aznar, el presidente de FAES, una fundación franquista que os admira profundamente. Y no firmaba precisamente como Anguita, porque prescindió del nombre de su padre, y firmaba solo con la inicial y el apellido de su madre. Sus razones tendría.
- Franco: Pues me llama la atención que el hijo de un comunista, que a su vez es nieto de un fiel seguidor mío, esté al servicio de un periódico afín a los planteamientos de mi amigo Aznar. Pero eso de que estaba con los americanos... no lo acabo de entender.
- Enfermera: Pues sí, Excelencia. El hijo de Anguita, siempre quiso vivir en Nueva York, y allí se fue como corresponsal de El mundo. Allí se alistó voluntariamente en un curso de entrenamiento para corresponsales de guerra organizado por el Pentágono.
- Franco: ¿Por el Pentágono? ¿El hijo de un comunista?
- Enfermera: Pues sí, y desde el 21 de marzo de 2003 cubrió la guerra adscrito a la Tercera División de Infantería del Ejército estadounidense. Por eso lo mataron allí los moros, con un misil lanzado contra sus amigos americanos.
- Franco: ¡Lo que son las cosas. Cuanto lo siento! Un padre franquista y un hijo con los gringos. Si que cambian algo las cosas generacionales.
- Enfermera: ¿Las cosas generacionales?. No lo sabe usted bien, Excelencia. Los comunistas de hoy en día han cambiado mucho. Ya no son desarrapados analfabetos, currantes o peones por un salario mísero, como antes de la guerra. Ahora incluso hay comunistas que viven en urbanizaciones de lujo, y sin dar un palo al agua.
- Franco: ¿Sin dar un palo al agua?. ¿Y de qué viven?
- Enfermera: Del trabajo de sus papás. Y ya no son desarrapados y analfabetos. Ahora estudian carreras... e incluso se salen de las Universidades públicas y eligen estudiar en las universidades de la Iglesia.
- Franco: ¿De la Iglesia?. Seguro que me han montado una Universidad en la iglesia del Pozo del Tío Raimundo, donde estaba el jesuita-comunista eso, el padre José María Llanos, a quien Dios confunda. No sabía que esa Iglesia tuviese Universidad.
- Enfermera: Pues no, Excelencia, la universidad que eligen los comunistas de ahora, no es la de la iglesia de los pobres. Los comunistas de ahora eligen la Universidad de la Iglesia oficial, la seguidora del Vaticano, la de vuestro admirador Rouco Varela y la de vuestro siempre fiel defensor el obispo Cañizares. Como veréis, Excelencia, está todo controlado. De ese comunismo de hoy no os debéis preocupar nada, nada, nada.
- Franco: ¡Pues no sabes el alivio que me has dejado, hija!. Compruebo que todo sigue atado y bien atado. Me has dado suficientes datos como para dormir tranquilo.
- ¡Arriba España!