JCas escribió:AAAAAArrrrrggggghhhhhh
¡Cuánto loco hay por el mundo!
Por favor, si alguien quiere hacer un invento, antes de llamar a mi empresa, que piense si lo que quiere hacer es posible o no y que las cosas no se hacen de gratis.
Estoy hasta los mismísimos de gente que viene con inventos imposibles y pidiendo el material gratis a cambio de una teórica publicidad en la "maravillosa" presentación de su "revolucionario" invento. Invento que no sirve para nada o que no se puede hacer pero según ellos supone una revolución total. Eso sí, no te avisan de que están "pelaos" hasta que llevas 3 días dándole vueltas al asunto.
Si alguien quiere inventar, ¡QUE TRAIGA POR DELANTE LA PASTA!
VAN UNOS CUANTOS ESTE AÑO, a ver cual más chiflado.
Y a ver si alguno se entera de que no soy yo el que tiene que demostrar que eso es imposible, sino ellos los que tienen que demostrar que se puede hacer como ellos imaginan que se debería poder hacer. Ojalá caiga sobre ellos todo el peso de las leyes de la termodinámica, la cinemática, la matemática y todas esas cosas que acaban en "ica" y que cuestan tanto estudiar.
Esto es un subproducto del paro. A la gente le da por pensar y suele pasarle sobretodo a alguno que estando con encefalograma plano y calladito estaría mucho mejor.
Pon ejemplos hombre, pon ejemplos.
Por cierto, distinguir a los voluntariosos e imaginativos inventores ignorantes... que intentan inventar cientos de sistemas de movimiento perpétuo.... de los "tecno-timadores".
Ya he visto varios ejemplos de empresas que buscan inversores para seguir investigando... no sé si con la conciencia o no de que intentan un imposible... pero ellos siguen erre que erre, y los autores del cachivache ingresando dinero de gente convencida de que ha hecho el negocio del siglo.
Y se ven muchos ejemplos de jabones milagrosos, aditivos de combustible milagrosos, sistemas magnéticos de todo tipo para cualquier aplicación, pastillas adelgazantes, etc... en la que una reunión de ventas coloca decenas de unidades a unas decenas de unos pobres tipos que intentan colocar sus inútiles trastos en todo su entorno.
O sea, que debemos distinguir tres tipos de vendedores de cosas sinsentido:
- el inventor ignorante, voluntarioso e imaginativo, pero sin suficiente formación.
- el clásico timador, que ha pasado del toco-mocho, al tecno-timo.
- el clásico buhonero, que ha pasado de vender crecepelos y elixires curalotodos, a vender pastillas adelgazantes, reductores de consumo de combustible, y cosas por el estilo.