arquimedes escribió:chongoku escribió:Estrictamente ... ya no estamos en sus manos
Y digo yo ... ¿no tenía ni un sólo funcionario con algo de cualificación técnica a mano? ¿ni uno sólo de los cargos de confianza valía para aconsejar desde un punto de vista técnico?
Sí no es así ... sobran los cargos de confianza (y recortamos la pasta que se llevan)
Si por el contrario si los había pero no hizo uso de ellos ... pues a contar nubes (que es lo que quería). El problema es que nos enteramos a posteriori

segun declaraciones de pepiño en la television para ser ministro (o cualquier cargo claro esta) no hay que sabe ni valer......solo conocer al que te nombra....
Bueno, sinceramente, creo que para ser ministro no hace falta tener grandes conocimientos técnicos, sino de gestión de equipos.
Los de los conocimientos técnicos deben estar en otras escalas. Altos funcionarios, o subsecretarios.
Casi casi, sería deseable que no tuvieran ningún conocimiento técnico, para evitar que traten de ser ellos quienes aporten soluciones técnicas (¿no os ha pasado el ir a dar una solución a un cliente, y él no aceptarla porque sabe un poquito del tema, y se emperra en que la solución sea como él dice, aunque sea obviamente errónea?).
Lo que dice ZP me parece increíble. No creo que haya sido como dice, sino que entre dos opciones técnicamente correctas, redactadas ambas por profesionales, ha elegido una. Pero probablemente, eligiendo la otra, el resultado habría sido similar, porque también habría estado redactada por un equipo de ingenieros que, se supone, sabe lo que hace.
Vamos, como quien duda si se compra un Seat o un Renault. Estar dos tardes eligiendo el coche, no te convierte en experto del sector automovilistico. Elijas el que elijas, el coche va a estar bien construido.
Lo mismo los ingenieros han hecho como yo también he hecho alguna vez... doy dos opciones, ambas son buenas y es indiferente cuál se elija. La envío a mi responsable, y le dejo ocupado un par de días concentrado en la solución. Así le tengo entretenido y no me toca las narices. Elija el que elija me da igual, porque las dos soluciones planteadas son igualmente correctas. Él contento con su medalla y su inmensa aportación a la empresa, y yo tranquilo un par de días.
Vamos, espero que haya sido así.