Lo peor de todo es que todos los casos de corrupción (que deberíamos llamar por su nombre, es decir, casos de robo al ciudadano, no veo la diferencia con el que te birla la cartera en el metro, bueno sí, este último normalmente roba para comer, los otros roban por afición...), como decía, lo peor de todo es que los casos de corrupción que estamos viendo, y que llevamos años viendo, ya desde la época de Felipe González, no son más que la puntita del iceberg.
No me quiero ni parar a pensar en la cantidad de cargos públicos, de mayor o menor rango, que han aprovechado su periplo profesional en la administración pública para hinchar sus propias cuentas corrientes a costa del dinero que nosotros pagamos.
Es que si lo piensas, a mi lo único que se me viene a la cabeza es la siguiente pregunta:
¿cómo es que no ha habido ya algún linchamiento público (sin hacer pupa, bueno, sólo un poquito, lo justo para que se le quitasen las ganas a él de repetir y a los demás de hacer lo mismo.....) en la plaza del pueblo, ciudad o villa del político o cargo público que ha metido la mano en nuestro bolsillo? 
Las penas a estos impresentables deberían no terminar con unos pocos años de inhabilitación, que a mi ni fú ni fá, la verdad (y a ellos menos, seguro). Yo creo que, una vez juzgados y declarados culpables, si o si, deberían devolver hasta el último céntimo robado, si no lo tiene ya en efectivo, pues se le embargan todos sus bienes sin posibilidad de recuperación. Evidentemente, incrementado un 10% por cada 1.000€ robados al ciudadano. Además, una buena temporada a la sombra, por ejemplo, 1 añito por cada 1.000€ robados. Por su puesto, retirada inmediata e irreversible de todos los privilegios, pagas o jubilaciones doradas obtenidas durante el período que ejerció como político-ladrón. Inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. Lógicamente, sin posibilidad de indulto por parte de ningún Gobierno. Y, por último, y cómo guinda del pastel, exhibición pública del reo, a ser posible, durante las fiestas del pueblo, dotando a este de tomates y huevos podridos en abundancia, evidentemente pagados con los fondos embargados al reo, para su descarga en todo lo alto del mismo.
Y con eso, yo creo que se le quitarían las ganas a él y a alguno más de meter mano donde no deben.