Vamos a cambiar el mundo, de buen rollito, sin pegarnos mamporros.
Pues eso, a ver si hacéis alguna recomendación sobre lo que se puede hacer para cambiar el sentido de este sinsentido.
Hace unos meses un servidor le preguntó a Francisco Comín Comín de la Uni de Madrid, en unas conferencias sobre la historia contemporánea de España en la Universidad de Alicante, su opinión sobre la necesidad de acometer un cambio energético, hablando de lo que se llama revolución medioambiental. El pájaro estaba convencido de que, igual que cuando en Inglaterra se iba acabando el carbón, pronto apareció una nueva fuente energética como el petróleo que acabó sustituyéndolo, ahora que nos encontramos ante el cenit de este hidrocarburo, el mercado por si solo será capaz de encontrar una solución alternativa a esta forma de energía iniciando así una nueva revolución industrial, medio ambiental sería el caso actual.
El problema es que por el momento, la única alternativa que han descubierto es la nuclear y parece que quieren colarnosla con queso diciendo que duele menos (esque si no hacemos esto no podemos hacer lo otro).
Hoy en día la opción del ahorro no es la más plausible (los españoles además de envidiosos somos también dados al dispendio) porque no queremos ni subir los precios para limitar el despilfarro (liberalismo económico) ni limitar los consumos (liberalismo filosófico), y todo ello partiendo de una premisa básica: yo hago lo que me sale de los huevos y si puteo a alguien, que se las ventile (pero sin quejarse, o le diré que es un insolidario).
Y en cuanto a las energías alternativas, se considera que para aumentar su potencial de mejora es necesaria una mayor implicación de todos los sectores implicados, tanto para su construcción en masa como para a la mejora de su eficiencia.
Todo parecía normal y símplemente teníamos que esperar a que se agotasen los combustibles fósiles (esquema de Comín), por lo que teníamos todavía de 15 años a la tira (según acerquemos el ascua más o menos a nuestra sardina: véase:
http://www.nodo50.org/worldwatch/ww/pdf/oil.pdf de plazo. Hoy vemos que ese esquema ha quedado roto, que ya no nos sirve esperar a que se agote el petróleo, recurso que además va a ir encareciéndose conforme los productores sepan que les queda poco viviendo del cuento. Y si queremos actuar contra las consecuencias del cambio climático hay que actuar ya. Tomando decisiones que no por impopulares dejan de ser necesarias (limitaciones energéticas para evitar el despilfarro e impuestos ecológicos que lo penalicen y sirvan para financiar infraestructuras no contaminantes).
En fin, que va a ser cosa de hacer todo lo posible: disfrazarse de Mohicano, asaltar el poder, decirle al nene que apague el gusiluz por las noches,... todo lo que contribuya a disminuir nuestro impacto y a hacer ver a los que mandan que esto nos importa y que estamos ojo avizor a lo que hacen.