Razones, a parte de ¿para qué narices quieres ir tan rápido? hay muchas. Así, para empezar, la principal resistencia que ha de vencer un coche (a 100 km/h es el 90%) es la resistencia al viento, y esta no depende de la velocidad, sino del cuadrado de la misma. A parte de esto, influye mucho la relación de transmisión, pues normalmente interesa aumentar más la aceleración que la velocidad.
De todas formas, las velocidades que alcanzan todos, y digo todos, no algunos, son más que suficientes. Los fabricantes saben que la velocidad máxima normalmente no es un factor que influya hoy en día definitivamente en las ventas del coche, de ahí que se hayan puesto de acuerdo en limitarla o no llegar a los valores extremos a los que podían llegar, aunque vuelvo a decir que todos, y repito todos, llegan ya demasiado lejos.
De todas formas, las velocidades que alcanzan todos, y digo todos, no algunos, son más que suficientes. Los fabricantes saben que la velocidad máxima normalmente no es un factor que influya hoy en día definitivamente en las ventas del coche, de ahí que se hayan puesto de acuerdo en limitarla o no llegar a los valores extremos a los que podían llegar, aunque vuelvo a decir que todos, y repito todos, llegan ya demasiado lejos.